martes, 6 de septiembre de 2011

Espantando soledades


A veces salgo a caminar por mi interior. No busco nada. De encontrar algo desearía que fuera inasible, invisible, imperceptible. Todo el afuera se desliza lentamente, como retrocediendo hacia el fin, mientras todo yo bullo y me precipito frenéticamente pendiente abajo. El verdor del follaje, las luces de los autos, el gris pintarrajeado de los edificios, las esquinas solitarias y acechantes , la música difusa, el ladrido de los perros, los alambrados rotos, los tachos de basura rebosantes, todo pasa. Podría detenerme en el sonido de tus pasos junto a los míos pero, la madrugada hambrienta de insomnios me acaricia los párpados. A veces salgo a caminar por afuera de mi mismo. Escapo de una cama anestésica. De un televisor conectado directamente a mis venas. Deambulo mi soledad entre otras miles de soledades. Cuerpos que se chocan, sin rozarse, a plena luz del sol. Los colectivos recogen despojos, transportan gusanos y vomitan cadáveres. Tus ojos, la luz de tus ojos, la luz en tus ojos, tus ojos reflejando la luz, no son míos, y por eso son tan bellos. Estas ahí, frente a mi. Si pudiera saber en que momento fuimos separados. Solo se que un día. Un día cualquiera quise, y no pude, ser vos. Ser el barrendero de la plaza, la vieja mendiga que me estira su mano sarmentosa, el diariero que pasa en bicicleta. Vi sus ojos y no los míos. Para verlos necesito un espejo. Me di cuenta que estaba solo. Encerrado en mi. A veces salimos a caminar, a buscarnos. Por un breve instante nos encontramos, creemos reconocernos y volvemos a separarnos. Nos sumergimos en las nubes. Oleada tras oleada somos arrojados a la arena. Todo es posible. Cae el sol. Nada es real. Puedo sentir la cera ardiente cayendo sobre mi pecho, una gota sobre la otra, la quemazón, el estremecimiento. Como me gustaría que al decir te amo dejáramos de ser dos soledades que se hacen compañía y pudiéramos ser uno. Eliminar este estar sin sentido y este ser sin futuro. Como quiero decirte que te amo.


Gabriel Acosta