domingo, 12 de junio de 2011

Bacyard: EL Traspatio

Backyard: El traspatio es una película mexicana estrenada el 20 de febrero de 2009, dirigida por Carlos Carrera y escrita por la dramaturga Sabina Berman; protagonizada por Ana de la Reguera, Asur Zagada, Marco Pérez, Iván Cortés, Joaquín Cosío, Alejandro Calva y Jimmy Smits. Esta cinta aborda el caso de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, en la frontera México-Estados Unidos.

La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas informó que Backyard: El traspatio fue la apuesta de México para conseguir una nominación al Oscar en la categoría de mejor película extranjera.

En la 52a. entrega del Premio Ariel consiguió ocho nominaciones: Mejor Dirección (Carlos Carrera), Mejor Actriz (Ásur Zagada), Mejor Co actuación Masculina (Iván Cortés), Mejor Fotografía (Martín Boege y Everardo González), entre otras.

En Estados Unidos ha sido reconocido el trabajo de Ana de la Reguera como mejor actriz en los Premios Imagen que otorga la comunidad latina, en el Festival Internacional de Chicago Asur Zagada e Iván Cortes obtuvieron menciones como actores del futuro y Sabina Berman obtuvo los galardones a mejor guión en los festivales de la Habana y Cataluña.


Sinópsis

Blanca Bravo (Ana de la Reguera) es una policía idealista recién llegada a Ciudad Juárez donde se enfrenta a la epidemia local de muertas: cada mes aparecen en promedio dos asesinadas. Ella se dedica a investigar los asesinatos con tesón y descubre una sociedad en la que pocos quieren abrir los ojos y ver qué sucede a su alrededor. Juanita Sánchez (Asur Zagada) de 17 años, viene de Cintalapa, Chiapas, a trabajar en la industria de las maquiladoras, tiene un novio: Cutberto (Iván Cortes) . En menos de tres meses se vuelve una mujer dueña de sí misma. Pero el azar y las circunstancias de Juárez son los que harán cruzar los destinos de Juanita y Blanca, un fatal amanecer en el desierto.

 Critica de la película “El traspatio”


Recientemente asistí a ver la película Backyard (El traspatio), donde se trata el tema de las muertas de Ciudad Juárez. No esperaba mucho de esa cinta, pues los cortos me habían parecido exagerados, sobreactuados, pero mas allá de la actuación, realización y demás aspectos técnicos me impacto la crueldad, la falta de humanidad no solo de los Juarenses, sino de la gente que se encontraba en la sala, quienes reían por detalles sin importancia.
Yo viví hace 6 años en El Paso, Texas y frecuentemente visitaba Ciudad Juárez por compras o por otras causas y camine por varios lugares que muestran en la película, es obvio que el verlos nuevamente me halla despertado no solo nostalgia sino una autoinspección de lo que yo vi y honestamente no recuerdo haber sido testigo de ningún evento desafortunado. Si, es verdad que hay prostitutas, no más que en las calles del centro en el D.F.; si, es verdad que hay polleros que en cualquier esquina cercana al puente ofrecen sus servicios para pasarte el otro lado, es verdad que se percibe el olor a marihuana de manera frecuente, pero tal vez tuve la suerte de no estar peligro. Sin embargo unos amigos regresaron con un balazo en su camioneta, los estudiantes de la UACJ (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez) andaban con pistola todo el tiempo como una forma de precaución, los estudiantes de UTEP (University of Texas at El Paso) que iban de fiesta lo hacían en grupos para evitar ser sorprendidos, las estudiantes de UTEP que trabajan en los antros bailando se rodeaban de amigos para evitar ser sorprendidas. Así las cosas es posible que Cd. Juárez pudiera asemejarse al D.F. con sus vicios, corrupción, riesgos y cierto grado de deshumanización, por desgracia el desgajamiento social es su principal problema, lo que le ha llevado a ser foco de atención internacional por sus muertas. Mujeres que mueren diariamente a manos de sus parejas, en actos violentos las hay en todas partes, el problema de Cd. Juárez es el grado de sadismo que presentan los cuerpos y el hecho de que los arrojan en cualquier parte, igual que la basura.
La película lo refleja de una manera excelente, una vida femenina no es valiosa sino por el placer que pueda proporcionar, cualquier ofensa se paga con la vida después de una intensa y cruel tortura, no existe respeto por la vida de una mujer. Cierto es que a Cd. Juárez han ido llegando grupos poblacionales con menos educación, que piensan estar solo de paso mientras logran pasar la frontera y buscan el sueño americano, son jóvenes y adultos que una vez lejos de sus hogares son presas fáciles de los vicios, pues no hay nadie que les recuerde lo que deben o no hacer, además consideran que si comienzan a drogarse por ejemplo, están acercándose mas a ese sueño de libertad y prosperidad que esperan alcanzar. Los que no logran pasar al otro lado tienen que integrarse a la vida productiva para sobrevivir y no hay mas que dedicarse a vender sus favores sexuales o integrarse a alguna maquiladora donde ciertamente el sueldo puede ser mayor que en otro estado pero los gastos también lo son, además de renta, comida, ropa, es necesario integrarse a la vida social y eso cuesta bastante mas que solo dinero, cuesta dignidad, honestidad y a veces la vida.
Las hipótesis manejadas en la película no van mas allá de lo que se ha tratado en la realidad, una tesis faltante fue la de los soldados de Fort Blis de quienes también se sospecha por la saña mostrada en el asesinato de esas mujeres, pero es posible que por una situación política no sea un tema fácil de tratar, sin embargo entre las personas del Paso es un rumor constante. Me parece que un elemento de análisis sumamente importante es la propia conducta de las mujeres: ¿Qué pretenden cuando se van solas?,¿Qué buscan cuando salen con hombres que no conocen?, ¿Qué piensan cuando confían en un hombre que apenas conocen? El personaje de Juanita con sus ansias de vivir lo que no ha podido hacer en su pueblo la lleva a descuidar totalmente su seguridad y a tener un final cruel, triste y sin embargo en algún momento me llego la idea de “se lo merece”, no porque fuera una mala persona, sino por olvidarse de sus valores, de su educación, de un mínimo de suspicacia, pero por desgracia es una conducta producto de la inexperiencia, de la mayoría de las mujeres jóvenes que creen poder controlar la situación con un -¡Hasta aquí!-, no calculan la fuerza del hombre que con un golpe las puede noquear, la maldad del hombre que la puede engañar y después hacerle pagar su osadía, en fin, a pesar de los riesgos que sabe que existen no toman las debidas precauciones.
El personaje de Blanca, la policía es el mas desgraciado, pues es un personaje femenino, lidiando una causa femenina, en un mundo de hombres, donde las mujeres solo son carne fresca para la satisfacción masculina, reemplazable no una sino hasta cientos de veces, pues hay muchas de ellas en las maquiladora, en los antros, en las calles y cada día llegan mas, es decir solo son mercancía, no un producto de primera necesidad que deban cuidar.
El hacer redadas policiales en los antros, el enseñarles a las mujeres defensa personal, el capturar a algunos seudo-culpables no va a parar el problema en Cd. Juárez pues la corrupción en todos los niveles no permitirá que se haga un trabajo de limpieza y seguridad real; la deshumanización que se vive en Juárez tiene orígenes tan oscuros como el narcotráfico, pero como todos sabemos es una hidra de mil cabezas y aun no ha nacido el Hércules que pueda acabar con ella.
En fin, es una buena película, buenas locaciones, excelente fotografía, bien las actuaciones y sobre todo creo que nos pudiera dejar una fuerte tarea: EL RESPETO AL DERECHO AJENO ES LA PAZ como decía Juárez, que pasa en Cd. Juárez que no hay paz, ni respeto y si muchos ajenos.

MALU VILLEGAS




jueves, 9 de junio de 2011

I Ciclo de cine Latinoamericano “Rastreando Identidades”


¿Quiénes somos?
¿Quiénes pensamos, creemos o aspiramos a ser?
¿Nos reconocemos como latinoamericanos?
¿Más allá de una retórica a veces voluntarista, a veces interesada, a veces puro cinismo nos reconocemos como hermanos?
¿Nos pensamos con una historia, un idioma, una cultura, unas aspiraciones, unos sueños, una miseria y una dominación comunes?
¿Sómos capaces de ver en nuestras diferencias una unidad sin caer en la utopia de lo único, lo homogéneo?
Cuando nos definen desde afuera, sí nos ven como iguales. Somos sudacas, oliendo a transpiración y mierda. Somos latinos puro ritmo y alegría. Lo mismo da que Buenos Aires no sea la capital de Brasil, o que el tango no se baile con trajes de gaucho. Somos los que estamos al sur del río Bravo y nos desparramamos hasta la Patagonia.
Somos los argentinos que descendemos de los barcos, aunque dos terceras partes de la población tengan sangre indígena. Somos la Paris, Roma, Barcelona, “la Atenas” de Sudamérica. Somos gritones, prepotentes, creídos, lo mejor y lo pero de todo.
Somos los santiagueños vagos, los jujeños bolitas, los tucumanos gatos, los salteños opas. Somos los piqueteros, los indios con pluma, los merqueros. Somos los que estamos al este del Bermejo, donde ya se acabo Salta y todavía no comenzó Bolivia.
¿Somos el norte de Argentina o el sur de Bolivia? ¿Seremos Bolombia?
Creemos que lo importante no son las respuestas sino las preguntas que uno se hace. El reflexionar, el pensar, sacudirse la modorra, salir del aletargamiento, de la cómoda posición de dejarnos definir por los otros, y plantearnos por una vez: ¿Quiénes somos?
La respuesta, aunque no parezca, es lo de menos.

Organizan:

Cátedra de literatura hispanoamericana del profesorado en letras. Universidad nacional de salta. Sede regional tartagal.
Grupo fuerza estudiantil.
Sociedad de estudios poéticos, históricos y literarios “el pocote paranoico”.

Viernes 10 de junio del 2011: el traspatio (backyard). 20,00 Horas. anfiteatro de la universidad.


abierto para todo público

martes, 7 de junio de 2011

El resplandor

Del sol sobre las aguas y después la arena. De Prometeo escapando de la ira de los dioses. Del fuego, de las luces y sombras en la pared de piedra. De los altares, ante las estatuas muertas ya antes de ser hechas. En el sagrado santuario del arca.
De las lámparas en los pasillos de los monasterio y sobre los manuscritos de los monjes en las bibliotecas. De las hogueras de inquisiciones, brujas y herejías. De la luz divina peinando los cabellos, besando los labios, pieles, parpados. De los fuegos en la cima de las pirámides, en los templos de la gran serpiente, del sol y la luna.
De la fiebre en las frentes, en lo profundo de la selva atronadora. Del eco, de la ilusión de la locura. De una venta perdida en medio de La Mancha.
De las estrellas en los ojos, de la luna en los corazones y los suspiros. De las antorchas invadiendo Las Tullerias. De las cabezas despidiéndose de los cuerpos. De los cuerpos insomnes en los talleres y fabricas.
De las ya no lágrimas en las bodegas de los barcos cargados de esclavos negros, vivos y muertos. De los no gritos, de la plata en los mangos de los látigos y fustas. De los profundos socavones en la montaña. De las ofrendas a La Pachamama. Del demonio deslizándose por los cañaverales.
De las hojas de los libros elevándose como plumas de fuego. De las pesadillas de la razón en las chimeneas de los campos de exterminio. De la soberbia sobre el desierto, de la demencia, la estupidez y la muerte sobre los crisantemos de agosto. Del napalm sobre las selvas y arrozales.
De la media tierra azul sobre la luna. De los televisores a través de los visillos de las ventanas o en las hendijas de las puertas. De las pantallas de las computadoras sobre rostros absortos, sobre ojos extraviados, sobre la esperanza de no estar solos.
De la luz azulada de los celulares sobre exangües y alienadas neuronas que sobreviven en 3D y conectadas.


Gabriel Acosta